A MI MAESTRO LINO SEGUNDO REVILLA

Por. Elisaúl Núñez Morles
Lino Segundo Revilla, actual director del Diario El Falconiano, fue la persona que me dió la oportunidad de incursionar en el periodismo de calle y además como corrector de pruebas en dicho rotativo. Eran mis inicios en la Universidad del Zulia durante el primer semestre.
Todo el tiempo mi amigo Lino, tuvo para conmigo esa palabra de aliento, de atenderme de criticar y lo más importante para un joven estudiante de comunicación social, de enseñar. Fue y sigue siendo, mi maestro, lo admiro y lo respeto. Mi padre Cástor Núñez Polanco trabajó en diario El Falconiano en la distribución del periódico en Paraguaná, ya a las 5.00 de la mañana estaba en todos los puestos, yo acompañé a mi padre más de una vez en esas labores.
De Lino también aprendí que la honestidad es clave en el desempeño de la función que se ejerce y de ello me consta, tanto es así que me mostró una colección de cheques que alguien, por cierto ya fallecido, le entregaba todos los años y me comentaba Lino...!fíjate Elisaúl..aquí está este señor otra vez con sus cheques, será que no se da cuenta que yo no los cobro¡ ese es Lino evitando a toda costa el palangre, y preocupado por los problemas de Falcón, donde el diario es fiel reflejo de la cosas malas que es preciso corregir y destacar las buenas como reconocimiento al mérito de quienes son o no funcionarios gubernamentales.
Todavía El Diario El Falconiano, se mantiene en su misma sede en Coro, llevando el periodismo honesto, si chantajes, con mucho profesionalismo y planes para mejorar en favor de la comunidad falconiana, que amerita de medios serios y de larga reputación. Sumado al trabajo de Lino S Revilla, está el de todo un equipo de comunicadores sociales pautados por el jefe de información Amando Mora, mostrando acierto en la política editorial y en los temas que todos los días mueven al estado.
Para finalizar, a mi amigo Lino, dedico estas palabras para que continúe adelante y por cierto termine un libro que está redactando de aquello que llaman "Las Mentiras Históricas".