Luz Marina García
Discurso de orden Día del Periodista en Coro 27 de junio 2007 CNP Falcón
Buenos días.
El papa Juan Pablo II, expresó, en la jornada mundial de las comunicaciones sociales de 1998 “En síntesis, los medios de comunicación pueden usarse para el bien o para el mal; es cuestión de elegir”. No conviene olvidar que la comunicación a través de los medios de comunicación social no es un ejercicio práctico dirigido solo a motivar persuadir o vender. Mucho menos un vehículo para la ideología.
Los medios de comunicación pueden a veces reducir a los seres humanos a simples unidades de consumo, o a grupos rivales de interés, también pueden manipularse a los espectadores, lectores y oyentes, considerándolos esas cifras de las que se obtiene ventajas, sea en ventas de productos o en apoyo político. Y todo ello destruye a la Humanidad. También dijo que la tarea de la comunicación es unir a las personas y enriquecer su vida, no aislarlas ni explotarlas. Y la tarea de los comunicadores que aprecian y valoran su responsabilidad, su vocación profética. Es clamar contra los falsos ídolos, y dioses de nuestros tiempos, el materialismo, el hedonismo y el culto exacerbado a la personalidad, ofreciendo a todo un cuerpo de verdades morales basadas en la dignidad y los derechos humanos.
Le pedí a Dios que me iluminara para hilvanar las palabras que expresaría en este acto, que fueran palabras de verdad, de esperanza y de fe en nuestra profesión de periodista, comprometidos con la tarea de ayudar a contribuir una sociedad solidaria y fraterna sin fisuras que generen fricción u ocasionen más confusión de la ya existente. Hoy, sin duda alguna, celebramos un día muy especial, sobre todo para nosotros, quienes hemos escogido un oficio que apasiona, que enaltece, y que en su desempeño trae muchos sinsabores, pero también nos regala muchas satisfacciones.
La coyuntura histórica obliga a que miremos al futuro, por eso me parece imperdonable, el que desaproveche esta tribuna, ofrecida hoy por mi gremio, y cuya escogencia me honra, para plantear una inquietud que sé que es compartida por varios colegas. En estas horas que vive el país, el ejercicio de nuestra profesión consigue como uno de sus más grandes obstáculos para el desarrollo de nuestro trabajo, el acceso a la información de carácter oficial, cada vez más cargada de barreras y mecanismos burocráticos. Ya varios municipios del país han elaborado ordenanzas que obligan a facilitar esta información, no solo a los periodistas sino a todos los ciudadanos, como derecho blindado constitucionalmente, pero esta no es la línea de acción nacional. En la Convención Interamericana de Derechos Humanos y en la propia Constitución Nacional, está plasmado el derecho al libre acceso a la información oficial, por considerarla garante de transparencia, como método anticorrupción y vía idónea para que el ciudadano pueda tomar decisiones responsables dentro del juego democrático.
La información en poder del Estado le pertenece a los venezolanos. Esa información que reposa en los órganos públicos y que permanece en ocasiones secuestrada por funcionarios en tránsito, quienes se consideran dueños de ella, y que creen que nos dan la información como dádiva o castigo, decidiendo entregarla o no al periodista con discrecionalidad libertina, está en manos de gente que parece no entender que su estadía en el poder político es un asunto pasajero, y que los periodistas moriremos siendo trabajadores de la información, y que luego de su salida del poder será a nosotros a quienes nos toque escribir su epitafio.
Esta alerta que desde aquí se hace se suma a clamores sentidos por la colectividad nacional porque la Carta Magna -que es amplia en esa materia- establece la obligatoriedad de suministrar datos, estadísticas, informes, cuentas y demás informaciones de interés colectivo, y que además prohíbe la censura a funcionarios para dar cuenta de todos los asuntos que se administren bajo su cargo.
Un marco jurídico obliga en el país a los funcionarios a dar cuenta de los contenidos que tengan que ver con la administración pública. No se trata de un favor que ellos le están haciendo a la colectividad, ni al periodista. No se trata de ejercer estos cargos como si se tratara de una prolongación de su vida privada o de su entorno familiar. Nada más bastaría aquí citar, o poner como ejemplo, la reciente ley aprobada vía habilitante como la de Simplificación de Trámites Administrativos y la Ley Anticorrupción, que más bien parecieran letra muerta, en cuanto al derecho de todo ciudadano de exigir rendición de cuentas a quienes están al frente de los despachos públicos. Los mantos del secretismo abundan en los despachos públicos, lo que la ha convertido en especie de patología endémica que cierra las puertas a los periodistas con las máximas de: “eso no se lo puedo dar”, “eso es con el director” o “no estoy autorizado para declarar sobre eso”.
Creo que mientras más medios de comunicación existan mayor será la participación social en el tablero de la democracia, porque la libertad de expresión es también la suma de los escenarios, púlpitos y trincheras desde donde los comunicadores sociales y el pueblo podrán acceder para ejercer su derecho a opinar libremente, como ocurre en toda sociedad que se precie de ser libre y estar comprometida con el mandato de la comunidad, donde la divergencia de opiniones no sea interpretada como subversión, y donde la capacidad de disentir no se confunda con traición a la patria.
Más aún no se puede concebir que sea desde el seno de nuestro propio gremio donde surjan las diferencias más absurdas, estableciéndose asociaciones paralelas que quieren desconocer décadas de lucha, donde muchos de sus promotores ni antes ni ahora establecieron ningún tipo de lucha gremial, y donde –lambentablemente- el periodismo ha sido confundido con oportunismo, porque el gremio es uno solo y el periodismo debe tener un solo norte, el compromiso con la verdad, el equilibrio y el apoyo a la causa de la libertad y la justicia.
Por eso, quienes estamos al frente de las responsabilidades gremiales, asociaciones civiles, universidades y comunidad en general, tenemos un compromiso en esta discusión para garantizar que realmente se logre el objetivo de una Ley de Acceso a la Información libre y plural. Que su contenido sea ese y no otro. Que los municipios bajo la asesoría de organizaciones como Pro Acceso puedan legislar en esta materia y una vez más Venezuela vea una transformación que viene de abajo hacia arriba y que la organización de los ciudadanos presione a las altas esferas del gobierno a hacerlo bien y transparente. Como periodistas tenemos una labor que cumplir, pero los legisladores también tienen la suya, porque al final, serán el ciudadano común y la salud de nuestra democracia, los más beneficiados.
No podía dejar pasar esta oportunidad para mirar al futuro y justo en esta fecha, desde esta ciudad mariana de Coro, elevar la voz para que sea revisada la posibilidad o se promueva la creación de una ley que devuelva la información a los ciudadanos, es sumamente importante que se promulgue un instrumento legal que luche contra la impunidad y la corrupción y que permita ejercer un periodismo de mayor calidad, profundo y veraz, en los años que nos ha tocado vivir.
Sin embargo, no pienso que las adversidades y obstáculos que históricamente se le imponen al periodismo sean excusa para no desarrollarlo, para no fortalecerlo cada vez desde sus herramientas naturales, géneros, características, ese es nuestro reto... por eso, en este momento me parece justo traer ante ustedes el recuerdo de una mujer excepcional, un ser humano cuya vida fue una lección magistral de coraje, de intelectualidad, fortaleza ante todas las circunstancias adversas que le proporcionó su existencia, se trata amigos de Bhilla Torres de Molina, dignidad a prueba de gobiernos; una mujer que amó esta profesión, con rectitud, integridad, consciente de su responsabilidad ante la sociedad. Su hoja curricular no tiene tachaduras ni borrones, ni mucho menos fe de erratas. Corrió riesgos y asumió la actitud de quien no se traiciona a si misma por conveniencia. Ella fue y es un ejemplo para todas las generaciones de periodismo que la tendrán siempre como una luz para quienes amen hacer el verdadero periodismo. A ella dedico este momento. Y a ustedes apreciados colegas, el sueño que nos anima de ser coparticipes de un mundo mas humano, sin dejarnos avasallar ante circunstancias momentáneas, manteniéndonos firmes en nuestros ideales.
Me parece importante recordar en este momento las palabras del desaparecido colega Misael Salazar Leidenz, a quien a continuación cito, “Para el género humano la libertad de prensa ha conquistado las facetas de la sabiduría, de la ciencia, de las artes, de la cultura, de la filosofía, de la economía, de las investigaciones históricas y sociológicas y del progreso en sus últimas proyecciones. En dictaduras, la prensa se encuentra actuando bajo censura, donde se le impone lo que debe publicar y lo que ha de callar, si no quiere ser clausurado y sus directores verse sometidos a la prisión o al exilio.
Innumerables han sido los luchadores por la libertad de prensa en todo el mundo. Esos abanderados de las buenas causas, esos próceres de la independencia moral, no han vacilado en exponer sus vidas, en defensa de sus principios y el de sus semejantes. El periodista honesto, el que realmente lleva en el cerebro y en el corazón la fe en el destino de su país y en el mejoramiento de sus conciudadanos, tiene la obligación de calibrar las informaciones que suministra al publico, para que sean fiel copia de los hechos y mistificaciones de ellos”, agregando más adelante que “Los Periodistas de vocación no dan concesiones a los gobernantes y actúan con mística en la denuncia en los temas reivindicativos. El periodismo de vieja data era una verdadera pasión muy vivencial y de sentido por la comunidad. Actualmente hemos avanzado técnicamente y se ha superado la profesión. Los periodistas estamos más especializados y eso también es sumamente importante” fin de la cita.
Para finalizar, quisiera agregar a estas frases y a mis propias palabras que todas las conquistas de la humanidad se han logrado con la contribución de esfuerzos, con el respeto y el mejor entendimiento entre todos. Que yo sepa y hasta donde mis conocimientos me llevan La historia no registra que el odio construya patria y mucho menos que promueva el desarrollo y el progreso. Señoras y Señores, colegas, amigos, la patria no nos perdonará si en vez de registrar los hechos, escribimos la crónica final de nuestra profesión. Queda de nosotros el compromiso.
2 comentarios:
Esta muy bueno tu discurso
Muy bueno
Publicar un comentario